Nono

Estoy montada en el Ave volviendo a casa, y nunca he tenido menos ganas de llegar.
No me hago a la idea de volver y que no estés ahí, no me hago a la idea de tener que pasar unas navidades sin ti, ni dos, ni tres, ni las que me quedan el resto de mi vida.
Siempre serás un ejemplo para mí de lucha, de fuerza y de constancia.
Porque mi madre no puede parecerse a nadie mejor que a ti y me gusta pensar que yo también tengo esa chispa dentro que tanto os caracteriza a los Abeledo.
Que tú y Abuela sois el pegamento de esta familia, pero que es una familia tan fuerte y tan unida que sabrá luchar contra este golpe de la vida como ya ha hecho en dos ocasiones.
No creo que nunca pueda aceptar el hecho de que tenga que seguir adelante sin ti. Y no sé que me duele más, si mi propio dolor o el dolor que voy a tener que ver en todos los seres que quiero a partir de ahora. Nunca jamás te irás del todo, siempre estarás aquí, pase lo que pase.
En cada navidad, en cada cumpleaños, en tu casa que es nuestra casa, que para mi es el centro del mundo del que parte todo.
Hay tantas cosas que no sabes y que me gustaría decirte. Hay tantas cosas que nunca sabrás y que te diré todos los días y todas las noches cuando piense en ti.
No soy capaz de imaginarme lo duro que va a ser a partir de ahora todo. Pero ahora podrás descansar por fin, después de una vida luchando.
Y te irás como un luchador, como un ejemplo para todos nosotros.
Ahora estoy llorando en un tren que me lleva a casa, a una casa que ya no es casa sin ti.
Te quiero Abuelo
Te quiero Nono.