Entrada destacada

El resto, literatura.

Hoy, 18 de abril del 2020 hace exactamente 20 años que nací.  Veinte años en los que me he formado como persona (y me sigo formando),...

martes, 28 de noviembre de 2017

Mar, inmenso mar de tus ojos.

Y ahora qué hago, con todo lo que me he guardado, qué hago con todo lo que siento y con todo lo que no te he dicho.
Con todas las promesas, con todas las palabras y con todas las miradas, absolutamente todas las miradas, que hago con las sonrisas apagadas, con los recuerdos, con los roces, con los sentimientos.
Los guardo, los guardo y se van acumulando, se hacen grande y me hacen pequeña, me hacen débil y me hacen daño.
Se acumulan días, meses años, qué hago.
Qué hago con todo lo que quiero hacer.
Cómo lo escondo, cómo vivo con ello, cómo te miro y te digo
Te quiero.
Te lo digo pero no te lo estoy diciendo.
Cuantas veces te lo he dicho sin decirlo, cuantas veces te lo he dicho y no lo sabes.
Me hundo, te miro y me ahogo, siento que me ahogo, pero tú no me salvas, tus ojos sólo me hunden más y más, inmenso, penetrante, gigante.
Azul, agua, gotas, lluvia, mar, cielo, sólo veo azul y me ahogo.
Pero no me salvas, no puedes salvarme, no puedes, o no quieres, ya no.
Me gustaría salvarme, recoger mis pedazos y armarme de nuevo, empezar de cero.
Ya lo he hecho antes, sé que puedo hacerlo.
Pero no puedo, porque cuando creo que puedo, no puedo, porque me miras y me hundo, me ahogo en el mar de tus ojos, y me sumerjo en la oscuridad de tus pupilas, para siempre.
Siempre siempre siempre, negro.
No sé qué me da más miedo, hundirme o nadar y nadar y nadar y nadar.
Hundirme es fácil, ahogarme es sencillo, luchar es duro, luchar duele y luchar cuesta.
Precioso mar, sálvame, sálvame de ahogarme en tus ojos impenetrables y sálvame de tener que luchar contra mi misma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario